Por Fernando Montans, Coach colaborador de Coaching Sostenible.

Siempre he sido el pequeño de la casa, por lo que mi hermana y mis primas se encontraban en medio de sus respectivas carreras cuando yo recién entraba en la adolescencia. Lo recuerdo como si fuera hoy, horas interminables de estudio, mucho estrés, nervios y sobre todo códigos, normas, tratados y 10000 asuntos más relacionados con el mundo de los abogados y notarios.

Uno de los temas estrella eran los contratos, cláusulas y más cláusulas, kilómetros de palabras, anexos y referencias. No voy a negar que me aburrían mucho, mejor dicho, me aburren de forma terrible. Un ejemplo claro es el clic en la aceptación de las políticas de uso en una web tras un registro, sin sopesar las consecuencias que ello tiene. Pero mejor no entrar en este tema…

En lo que sí me gustaría centrarme es en el compromiso que generan los contratos, compromiso entre las 2 partes que intervienen en el mismo.

Haciendo un paralelismo, esto mismo es lo que sucede con la delegación, básicamente es un contrato entre 2 partes con un detalle específico de la relación y compromisos. En su forma más pura, un contrato es un convenio voluntario, las 2 partes aceptan voluntariamente el contenido, sus responsabilidades y sus efectos.

Delegar no es “mandar”, o decir “tienes que hacer…”, y sobre todo no es “sermonear” o ser reaccionario a lo que ocurre si no nos gusta.

Delegar es acordar los términos por lo cuales una persona deja en manos de otra la ejecución de una tarea. Si esos términos son concretos, se especifican de forma precisa las cláusulas, el objeto del contrato (objetivo), se establecen los parámetros de seguimiento, la forma de resolver los conflictos y la forma en la cual mediremos el cumplimiento, la delegación fluye y el estrés que genera es positivo.

En resumen: pueden disfrutar de la delegación todas las partes involucradas.

Un líder debe saber en todo momento en que rol debe encontrarse en cada fase de la delegación, de los 3 roles implicados en la delegación, quiero que os quedéis con uno, el Rol de Servidor.Luego de analizar y decidir lo que quiero que ocurra, el líder se pone 100% al servicio de la persona o personas a las cuales se les ha delegado la tarea.

La delegación no nos aleja ni nos enfrenta, nos une de una forma muy profunda.